Hezbollah rompió el alto el fuego este lunes con un ataque de morteros en el Monte Dov, al norte de Israel, lo que desató una inmediata respuesta militar. El Ejército israelí lanzó un operativo en el sur del Líbano, atacando lanzacohetes e infraestructura del grupo terrorista. En un comunicado, Israel aseguró que los ataques fueron precisos y buscaron neutralizar futuras amenazas.
El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó el ataque como una "violación grave" de la tregua y prometió una respuesta contundente: “Israel no tolerará provocaciones y actuará con fuerza contra cualquier intento de desestabilizar la región”.
Por su parte, Hezbollah reivindicó la autoría del ataque, argumentando que fue una acción defensiva frente a "repetidas violaciones israelíes" desde la entrada en vigor de la tregua el 27 de noviembre. Además, el grupo acusó a Israel de llevar a cabo ataques aéreos y hostigar a civiles libaneses, lo que motivó su reacción.
La situación ha escalado en los últimos días, con incidentes recurrentes en la frontera entre Israel y Líbano. A pesar de un acuerdo que busca mantener la paz por 60 días, ambas partes se acusan mutuamente de incumplirlo. El acuerdo estipula que tanto Hezbollah como las tropas israelíes deben retirarse del sur de Líbano en favor del Ejército libanés.
Este nuevo conflicto se suma a las tensiones generadas tras la ofensiva de Hamas en octubre de 2023, lo que reavivó las hostilidades en la región y dejó miles de víctimas. Mientras tanto, líderes internacionales llaman a la calma y buscan mediar en la crisis para evitar una escalada mayor.