En el primer año de mandato de Javier Milei, el Gobierno recortó el gasto público total en un 26%, destacando ajustes significativos en jubilaciones, pensiones, subsidios económicos, transferencias a provincias y obra pública. Este enfoque fiscal permitió cerrar 2024 con un superávit primario del 1,9% del PBI, aunque al incluir intereses de deuda, el resultado fue de 0,3%.
El gasto en obra pública se desplomó un 76%, mientras que las transferencias a provincias y los subsidios económicos cayeron 70% y 37%, respectivamente. Según la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), estas medidas modificaron la estructura del presupuesto, aumentando la participación de las jubilaciones y pensiones al 39,7% del gasto total.
El Gobierno aspira a mantener el equilibrio fiscal en 2025, sosteniendo un superávit primario que garantice los pagos de intereses de deuda, aunque el presupuesto sigue regido por las disposiciones de 2023.